¿Otra variante? Lo que se sabe y lo que no se sabe

Casi dos años viviendo en una pandemia en la que cada día nos enteramos de otra horrible noticia relacionada directamente con el Covid – 19. Siguen existiendo incógnitas incuestionables, pero «lo que se sabe» sobre el comportamiento del virus es considerable.

La semana pasada, la variante Omicron que surgió en los países del sur de África hizo sonar las campanas de pánico mucho más rápidamente, mientras que la mejor colaboración internacional entre los científicos y las autoridades sanitarias significa que se está ampliando rápidamente la respuesta mundial. Aunque se han aplicado medidas de precaución razonables, la variante se está extendiendo rápidamente, al igual que ocurrió hace dos años con el virus del SARS-CoV-1.

¿Qué sabemos hasta ahora?

Esta variante contiene un número considerable de mutaciones: 50 en total, con 10 en el «dominio de unión al receptor» de la proteína de la espiga. Esto indica que surgió de una infección a largo plazo en un individuo inmunocomprometido.

Un número elevado de mutaciones no implica que la variante suponga una mayor amenaza, aunque puede hacer que tenga un aspecto más diferente para el sistema inmunitario.

Si no lo reconoce, puede haber un «escape inmunológico» con personas que se han recuperado de una infección previa por Covid-19 o que han sido vacunadas previamente, no reconociendo el virus y enfermando a pesar de la inmunidad previa.

La variante se está extendiendo rápidamente por África, lo que indica que es más infecciosa que las cepas anteriores o que la inmunidad a ella es baja. Incluso si las vacunas son efectivas, sería necesario vacunar a más personas e inmunizarlas para evitar una mayor propagación.

¿Qué es lo que todavía está en la oscuridad sobre Omicron?

La principal preocupación sobre la nueva variante es que no se sabe cómo es de transmisible, y si las vacunas serán menos efectivas sobre todo para frenar la gravedad de la enfermedad. Se están realizando esfuerzos frenéticos para responder a la cuestión de la transmisibilidad. Hasta ahora, las vacunas existentes han demostrado ser eficaces contra la variante Delta predominante para reducir la enfermedad grave y la muerte, aunque son menos eficaces para prevenir la infección y la reinfección.

Hasta ahora, Europa sólo ha recibido «casos importados». Cuando existe una propagación local dentro de una población, no vinculada a los viajes internacionales. Para conocer mejor a Omicron, habrá que ver qué grado de transmisibilidad hay en la población típica europea.

¿Cambiará esta variante recién desarrollada este equilibrio existente? Esa respuesta aún no se ha dado, por lo que se justifica volver a imponer restricciones.

Dado que el mundo no ha previsto las vacunas para los países más pobres. La situación actual deja más espacio para que surjan nuevas variantes más peligrosas. Dicho esto, se han cerrado varias fronteras para un par de países.

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